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En 1998, en un Cusco que respiraba tradición, pero donde las oportunidades escaseaban, Brunilda León Marocho, conocida cariñosamente como Chanita, enfrentó una decisión crucial. Estudiaba contabilidad y trabajaba para sostenerse, pero la necesidad de un ingreso estable coincidió con un talento que llevaba en sus manos y en su corazón: la sazón heredada de su tierra.
Con más esperanza que recursos, y con un local modesto en la histórica calle Choquechaca, abrió las puertas de La María Angola Picantería, un rincón dedicado a la auténtica comida tradicional cusqueña. Allí, cada plato se preparaba como en casa: con insumos frescos de los mercados locales, recetas heredadas y un compromiso inquebrantable con la calidad.
Desde un costillar frito humeante, un guiso de rabo que reconforta el alma, hasta un chicharrón crujiente que evoca las cocinas de antaño, la misión era clara: que cualquier persona —sin importar el tamaño de su bolsillo— pudiera disfrutar de los sabores que narran la historia del Cusco. Pronto, el local se convirtió en más que un comedor; fue un punto de encuentro para vecinos, turistas de todo el mundo y familias que buscaban un lugar donde la comida fuera un puente hacia la tradición.
Lo que empezó con miedo se transformó en orgullo. Hoy, más de dos décadas después, La María Angola Picantería sigue en el corazón del Cusco, llevando del Cusco al mundo el sabor y la tradición que la vio nacer. Cada plato es un homenaje a las raíces, al esfuerzo y a la convicción de que los sueños, cocinados a fuego lento, pueden alimentar cuerpos, memorias y corazones.Ofrecer a nuestros clientes una experiencia culinaria auténtica, preservando y difundiendo la gastronomía tradicional cusqueña mediante platos elaborados con insumos frescos, recetas heredadas y un servicio cálido y familiar, que conecte a cada comensal con la riqueza cultural y el sabor único del Cusco.
Consolidarnos como la picantería cusqueña referente en el Perú, expandiendo nuestra presencia hacia la capital, Lima, y estableciendo nuevos puntos de venta que mantengan la esencia, calidad y tradición que nos caracteriza, para llevar el sabor del Cusco a más rincones del país y al corazón de más personas.